Es el resultado de un estudio de Fukuta publicado en la revista Progress in Rehabilitation Medicine en 2024.
El artículo investiga la efectividad del entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo muscular (MBFRT) utilizando múltiples manguitos neumáticos paralelos (MPCs) para comprimir amplias áreas de las extremidades y limitar el flujo sanguíneo, como una innovadora alternativa al entrenamiento de alta intensidad, especialmente útil para aquellos que no pueden realizar ejercicios intensos debido a condiciones físicas o de salud.
El estudio se llevó a cabo con diez adultos sanos que realizaron entrenamientos de baja intensidad utilizando el método MBFRT. Los sujetos realizaron sentadillas con peso corporal con los manguitos ajustados a una presión de 200 mmHg. Se compararon los niveles de lactato en sangre antes y después del entrenamiento con MBFRT y entrenamiento normal (NT) para evaluar la eficacia del método en la inducción de hipoxia muscular y la activación de las fibras musculares tipo II.
Los resultados mostraron que los niveles de lactato en sangre aumentaron significativamente inmediatamente después del entrenamiento MBFRT y se mantuvieron elevados cinco minutos después, a diferencia del entrenamiento normal donde los niveles de lactato disminuyeron después de cinco minutos. Este incremento en el lactato indica una acumulación de ácido láctico en los músculos, lo que sugiere una activación efectiva de las fibras tipo II durante MBFRT.
Para medir el lactato en sangre, se utilizó el analizador Lactate Pro 2, un medidor de lactato sanguíneo de Arkray, Kyoto, Japón. Este instrumento fue crucial para determinar la efectividad del MBFRT en tiempo real y proporcionar evidencia de la hipoxia muscular inducida por la restricción del flujo sanguíneo.
El estudio también abordó la seguridad del MBFRT, sugiriendo que la duración y la presión de los manguitos deben controlarse cuidadosamente para evitar lesiones, y que el MBFRT puede ser una opción segura y efectiva para el entrenamiento muscular, especialmente en poblaciones que no pueden soportar regímenes de alta intensidad.
El autor del estudio sugiere que el entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo muscular da lugar a un aumento de lactato a nivel muscular, lo que denota una activación de las fibras musculares tipo II.