En un estudio reciente publicado por Heck y Wackerhage sobre el origen del Máximo Estado Estable de Lactato (MaxLass) hacen también referencia a las diferencias de los niveles de lactato en función de la duración de las cargas, tal y como se refleja en el gráfico adjunto.
Basándose en datos de estudios anteriores realizados por Heck y el Grupo de Medicina del Deporte de Colonia, se implementaron dos protocolos de prueba distintos basados en el tiempo de exposición a cargas de intensidad creciente.
El estudio consistió en la realización de pruebas de esfuerzo en dos escenarios diferentes: el primero involucraba cargas de intensidad creciente con una duración de 3 minutos cada una, mientras que el segundo ajustaba la duración de cada carga a 5 minutos. Esta diferenciación permitió observar las variaciones en la acumulación de lactato sanguíneo bajo esfuerzos prolongados, proporcionando particularidades sobre la adaptación fisiológica al estrés del ejercicio.
Los resultados revelaron diferencias notables en la concentración de lactato en el punto de MaxLass (obtenido previamente mediante la realización de cargas de 30 minutos) entre los dos protocolos. En el protocolo de 3 minutos, la velocidad correspondiente al MaxLass se alcanzó a una concentración de lactato de 3,5 mmol/l. En contraste, el protocolo de 5 minutos mostró que la velocidad de MaxLass se lograba a una concentración más alta de lactato, específicamente 4 mmol/l. Este hallazgo sugiere que la duración de la carga a intensidades crecientes tiene un impacto significativo en la acumulación de lactato, siendo mayor en cargas de mayor duración.
En conclusión, el estudio aporta evidencia significativa de que la duración de las cargas de intensidad afecta directamente la concentración de lactato en el punto de MaxLass. Esto no solo refuerza la comprensión de la fisiología del ejercicio y la respuesta metabólica al estrés físico sino que también ofrece un marco práctico para el diseño de regímenes de entrenamiento más efectivos y personalizados, que pueden mejorar significativamente el rendimiento atlético y la gestión de la fatiga. Los hallazgos abogan por una mayor atención a la duración de la carga en el entrenamiento de resistencia, sugiriendo que ajustes precisos en los protocolos de entrenamiento pueden optimizar la preparación de los atletas para competiciones, maximizando su rendimiento y capacidad de recuperación.